Una de las primeras preguntas que me suelen hacer mis alumnos en clases de canto es: ¿soy soprano o contralto?, ¿tenor o bajo? Pero, ¿tiene sentido esta clasificación de voces? Depende del uso que queramos hacer de nuestra voz.
Un arreglo coral tiene distintas líneas melódicas que funcionan de forma conjunta. Por lo que vamos a necesitar distintos grupos de personas para que canten cada parte. Para dividir a los integrantes de un coro se tendrá en cuenta simplemente su registro, es decir que cada persona sea capaz de cantar las notas más graves o agudas de su parte.
Normalmente se dividen las voces femeninas en soprano, mezzosoprano o contralto; y las masculinas en tenor, barítono o bajo. En orden de más agudo a más grave.
En coros aficionados a menudo ocurre que la misma persona pueda cantar en distintas cuerdas así que cada director clasifica a sus integrantes como mejor le convenga. Alguien que sea contralto en un coro significa que canta con las mujeres que hacen la voz más grave pero es posible que en otro coro cantese como soprano dependiendo del repertorio. Pensad en estas divisiones de voces como en distintos equipos que necesitan guardar un equilibrio para que la canción suene bien.
Para cantar una ópera no basta con tener el registro y tesitura apropiados sino que hay que tener unas características vocales concretas en cuanto a agilidad y timbre; de ahí que se crease el sistema FACH para facilitar los castings de cantantes en los teatros del S.XIX. Podéis consultar esta clasificación aquí.
Al contrario de la música clásica o coral, en el jazz, rock, pop etc no necesitamos adaptarnos a un registro determinado o repertorio standard, podemos variar la tonalidad de las canciones para ajustarlas a lo que sea más cómodo para nuestra voz, de ahí que no tenga sentido este tipo de clasificaciones.
Por ejemplo, una cantante de pop puede tener el mismo registro de una soprano de coloratura pero sin entrenamiento clásico no va a tener la destreza para hacer las acrobacias vocales o el timbre que se espera de este tipo de soprano.
Lo interesante de cantar música moderna es que no existe una forma establecida en la que debemos sonar, hay rasgos característicos de cada estilo, pero existen muchas opciones vocales diferentes que pueden funcionar. Por lo que no tiene sentido intentar encasillar voces en listados o clasificaciones.
Como profesora de canto he visto hacer mucho daño a cantantes de clásico por clasificarlos prematuramente e intentar encorsetarlos en un tipo de voz. El registro vocal de una persona que aún no está entrenada puede bailar como un yo-yo de un sitio para otro, así que no os fiéis del veredicto de alguien que os acaba de conocer.
Y si no queréis cantar música clásica olvidáos de este tema, da exactamente igual. Podréis cantar cualquier canción que os propongáis poniéndola en la tonalidad que sea apropiada para vosotros y buscando la sonoridad que más os guste con vuestro coach vocal.
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