Hasta hace bien poco, todos los libros de canto nos hablaban de la importancia de la respiración costodiafragmática para cantar. Esa era la forma en la que se supone que los cantantes debíamos respirar. Y lo primero que un profesor de canto nos enseñaba, por muy antinatural que nos resultase.
Hoy en día sabemos que ésto no funciona para todas las personas. No hay una única forma de respirar para cantar.
La respiración es un proceso automático que se regula en los centros nerviosos respiratorios: el bulbo y la protuberancia, éstos se activan al recibir la señal de receptores, que llevan cuenta de la cantidad de oxígeno en nuestro organismo.
Los estímulos que reciben los centros respiratorios viajan a través del nervio vago a la musculatura respiratoria que se activa o relaja.
Claro está, que también podemos respirar de forma voluntaria si queremos alterar la frecuencia o el ritmo respiratorio. Esto puede ser interesante para meditar, relajarse o simplemente para observar nuestro cuerpo, pero nos volveríamos locos si intentásemos controlar la respiración cada vez que cantamos o hacemos las tareas del día a día.
En la inspiración el diafragma se contrae y baja creando una presión negativa que facilita la entrada de aire. Mientras que en la espiración se relaja volviendo a su posición de reposo, lo que produce una presión positiva que empuja el aire hacia fuera.
Este movimiento está sincronizado con numerosos músculos implicados en la respiración que consiguen expandir y devolver a su estado neutral la caja torácica. El diafragma también ejerce una función postural y emocional, por lo que nuestra respiración se puede alterar por nuestro estado anímico o por la postura, al igual que nuestra forma de cantar.
Es en la espiración cuando se va a producir la fonación al pasar el aire a través de los pliegues vocales situados en la laringe ¿Cómo ocurre esto? Pues el aire hace que las cuerdas vocales friccionen entre sí provocando una vibración que se transforma en sonido.
Es común culpar a la respiración cuando no nos llega el aire para acabar una frase pero casi nunca tiene nada que ver con la capacidad pulmonar si no con nuestra forma de gestionar el aire, lo mismo ocurre con la creencia de cantar “de diafragma” o “de garganta”, esto suele estar relacionado con un exceso de tensión en la garganta por desconocimiento y nada tiene que ver con la forma de respirar. En todos los años que llevo dando clase nunca he tenido alumnos que tuviesen un problema real con la respiración, el problema siempre venía de otro lugar aunque ellos sintiesen que el problema era su respiración.
Y os preguntareis: pero entonces, ¿qué tengo que hacer?¿Cómo respiro?
Pues no existe una forma de respirar bien o mal. Mientras estés respirando todo va bien.
Es cierto que si usamos nuestro cuerpo de forma óptima, el movimiento será como el de un globo que se expande en todas las direcciones, pero este movimiento no tiene por qué ser grande o proporcional y desde luego no es idéntico en todas las personas. Cualquier forma de respirar es válida mientras sea natural y libre. Y cada persona la sentirá de un modo diferente.
Os voy a proponer algo, fijaros en el directo de dos o tres cantantes que os gusten mucho, ¿se mueve igual su barriga, espalda, costillas y pecho al coger aire? Seguro que no, cada persona es un mundo y cuanto más te conozcas y te escuches a ti mismo mejor funcionará tu voz. Respira, sonríe y canta y no te vuelvas loco intentando controlar la respiración, observa tu cuerpo y tu voz y pide ayuda a un buen entrenador vocal que te ayude a abrir puertas cuando sientas algún tipo de bloqueo en tu voz.
